Recupera los sentidos y vive en el presente
El sentir te conecta contigo, en tu trabajo, en las actividades que realizas y con otras personas.
El disfrutar la vida nos lleva al presente y recuperamos nuestra conciencia.
Para volver a una realidad más humana debemos recuperarlos, para volver a conectarnos con el mundo y con nuestro cuerpo y poder vivir plenamente el momento presente.
El contacto interior nos ayuda a aflojar tensiones, a sentirnos más seguros de nuestras convicciones, a aceptar errores, a conocer nuestros sentimientos, a trascender recuerdos que nos desequilibran, a controlar nuestras emociones y a proyectar nuestro futuro.
La vida tiene el sabor que reflejan los sentidos.
Vivir el presente aprovechando todo lo que la vida nos ofrece y escuchando nuestros sentidos son unas de las claves de una existencia plena y en paz con nosotros mismos.
El poder del tacto
Este sentido podría ser el más esencial y el menos apreciado. ¿Te acarician/acaricias lo suficiente?
Toma un momento
Solo detente y toma conciencia de la realidad que te rodea, presta atención al entorno y a lo que estas haciendo a cada momento.
Mira a los ojos
Mirar a los ojos y perderse en la profundidad de una mirada, es la forma de conocer al otro, descubrir la verdad y también el amor.
El acercamiento en el amor comienza con una mirada, pero por lo general, las miradas están perdidas en su propio laberinto mental, recordando al pasado y preocupándose por el futuro.
Escuchar es aceptar
Escuchar exige un esfuerzo de interpretación y aceptar que el otro puede pensar diferente; las ideas son mucho más que un montón de palabras. Por eso, hay que escuchar también su forma de decirlas, el tono de la voz que emplea y el sentimiento que expresan.
CONECTARNOS CON NUESTRO CUERPO
Cuando ignoramos nuestro cuerpo, estamos reprimiendo nuestras emociones. Debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo, pues en él se encuentra la respuesta a todas nuestras inquietudes y pesares, a los dolores, a los pensamientos que nos preocupan o a los procesos de curación a los que no estamos atendiendo.
Tenemos que fiarnos y reconocer en nuestro cuerpo la sabiduría innata que posee.
Con el tiempo nos hemos ido desvinculando de nuestras sensaciones y de nuestras necesidades corporales.
Cuando nos desligándonos de nuestra capacidad de autopercepción, posponemos lo realmente importante, como es atender al dolor que nos causan nuestras emociones.
De esta manera, nuestro cuerpo nos habla cada vez más alto para llamar la atención, lo que puede tener consecuencias más que nefastas para nuestra salud.
Si cierras tus ojos y dedicas unos momento a repasar lo sucedido en las últimas horas o en los últimos días antes de dormir.
Seguramente esto pueda darte una pista sobre lo que ha desencadenado ciertos síntomas o situaciones.
La enfermedad o el dolor corporal es una llamada de atención que dirige el cuerpo a las necesidades no satisfechas.
Sugieren cuanto menos realizar una pausa y evaluarlas.
Por otro lado, quien se inhibe de expresar sus emociones, no realiza contacto con su cuerpo.
Se insensibiliza.
Nos empeñamos en controlar, someter y cambiar nuestro cuerpo.
Imaginemos que nuestro cuerpo nos habla, probablemente nos diría algo así;
“Estoy enfadado contigo, me siento muy exigido. Solo me alimentas para que no me muera; todo el tiempo estás preocupado por la dieta y si estoy gordx o no.”
¿Cuánto hace que no comes por placer, saboreando la comida sin ansiedad?
Solo te preocupa la apariencia.
No te mueves lo suficiente.
Pasas mucho tiempo sentado.
Empieza a disfrutar la vida 💚
Reapropiarse del cuerpo
Mi propuesta pasa por sentirlo como una parte más de nosotros mismos. Darnos cuenta de que somos nosotros.
Para ello sugiero:
-Creer y confiar en él.
-Creer que tiene saber y capacidad de autorregularse y estar bien.
-No considerarlo como algo inferior que hay que dominar.